Lilibeth TaverasA ver, atrevanse a decirme que no tengo razón! Como cada domingo, tengo una reflexión imperdible para compartirles. Hablemos de ciertos siniestros personajes de la comunicación diaria 😉
Miren… hay personas indecentes, Y luego está la élite, los que te llaman por cámara sin avisar. O sea… ¿qué nivel de confianza hay que tener para tú decidir que yo quiero verte en este preciso momento?
¡Señores, ni que estuviera pagándoles el Wifi del celular para que usted llame por cámara sin avisar! Y son gente que no se restringen, lo hacen en cualquier situación:
• Tú recién te levantas, con un moño que parece antena de wifi y ahí están ellos llamando por cámara. ring ring… videollamada.
• Tú en el baño… con el celular en la mano, porque claro, estás en el trono. Y aparece el loco: “Conectar videollamada”. ¡Mi Hermano, respétese y respéteme a mí de paso! Y La indecencia es tan atrevida, que tú le das a “rechazar llamada” y al segundo… ¡vuelven y te llaman! Como que si uno les debe dinero y está en la obligación de levantar el teléfono.
Como que si uno le debe una respuesta de vida o muerte. Y tienen que verte la cara para evaluar si no te vas a morir también. Como que no entendieron la indirecta… ¡mi hermano! Yo no quiero que me veas la cara ahora mismo!
En conclusión: yo pienso que la gente que llama por cámara … deberían tener como un país aparte.
Y ya!